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Mariana Dahbar para Infobae
En una charla honesta con Realidades, el doctor Adrián Rosa, médico sexólogo egresado de la Universidad de Buenos Aires, cofundador de la Asociación Sexológica Argentina (ASAR) y discípulo del reconocido doctor Juan Carlos Kusnetzoff, nos invita a reflexionar sobre diversos aspectos de la sexualidad que aún están cargados de tabúes y prejuicios.
Desde la diferencia entre sexo y sexualidad hasta las presiones sociales y prejuicios que afectan tanto a hombres como a mujeres, Rosa aborda una amplia gama de temas. Además, analiza el impacto negativo de la pornografía y destaca la vital importancia de una educación sexual integral.
Con un enfoque claro y directo, ofrece valiosos consejos para superar limitaciones y disfrutar de una vida sexual plena a cualquier edad.
Una charla sin tapujos, ideal para el autoconocimiento y la reflexión. “No hay que fingir lo que uno es; la sexualidad está para disfrutarla, y si la otra persona te exige algo que no podés dar, entonces, no va. No podemos ser lo que no somos en la vida”, asegura.
—Doctor, primero que nada, definamos el sexo para usted.
— El sexo es placer y tener sensaciones que llevan a disfrutar y al relax. Es decir, el sexo empieza en el cerebro, y se traslada a todo el cuerpo, con sensaciones placenteras que nos conducen al orgasmo
— ¿Y la sexualidad qué sería?
— Es mucho más abarcativa y es lo que enseñamos. La sexualidad es un beso, una caricia, un abrazo, un mimo, la posibilidad de disfrutar, que puede terminar o no con una penetración.
— ¿Cómo vienen los argentinos hoy de sexo?
— La realidad es que hoy con los problemas económicos, sociales, que estamos atravesando baja el deseo, baja la libido y baja el sexo.
— Hablemos de prejuicios, ¿cuáles son los mayores prejuicios hoy a la hora del sexo?
— Entramos en un tema polémico. En los hombres, el tamaño, el tamaño del pene, esto hace que tenga dudas en ese encuentro si va a ser placentero o no.
— Mencionó el tamaño, ¿hay un tamaño normal del pene?
— En realidad no hay normal o anormal, sí en el caso de que sea un micropene, pero normalmente hablamos de tamaños estándares que son los que están en todas las personas, lo que pasa es que la pornografía lleva a pensar que el tamaño del pene que tiene esa persona es chiquito, y no es así, el disfrute pasa por otras cosas.
— ¿A qué edad uno se da cuenta que tiene un micropene?
— Bueno, la realidad es que a partir del nacimiento y el crecimiento uno va conociendo la evolución. En el adolescente empieza a aumentar los niveles de testosterona, con lo cual ahí se empieza a ver, desde chiquitito se puede ir observando, y después con el paso del tiempo se va encontrando la posibilidad de que aparezca esta condición, pero es bajo. Hablamos de 1 cada 900, 1000 casos.
— ¿Y cuál es el mayor dificultad de ese hombre?
— Como sociedad hablamos de tamaño y de cantidad y no hablamos de calidad. La persona que puede tener un micropene puede disfrutar el erotismo, puede disfrutar el placer, puede tener erecciones y eyaculaciones, eso dependiendo el desarrollo, lo que pasa es que por ahí la penetración va a tener algunas diferencias y esto es lo que hay que hablar y trabajar.
— ¿Cómo se habla y cómo se trabaja? ¿y cómo afecta a un hombre esta condición?
— Puede afectar mucho, porque hablamos de un encuentro de un hombre con una mujer en el cual, en este caso, la posibilidad de una penetración si el pene es muy pequeño va a estar restringida, entonces lo que hablamos ahí es del contexto. Y esta persona, tal vez, no va a querer tener un encuentro, se va a encerrar y no va a querer estar con otra persona.
— Si viene un amigo suyo que tiene un micropene o cualquier otra persona y le consulta al respecto ¿qué le sugiere usted? ¿cuáles son los pasos a seguir?
— Bueno, en realidad tenemos un equipo de salud para que la consulta sea interdisciplinaria. Primero, se evalúa si realmente es real que tiene un micropene, porque hay muchos varones que creen que tienen un pene pequeño y no es así, es decir: por la pornografía.
— ¿Qué es micropene? ¿Hay un tamaño?
— La realidad es que las estadísticas dicen que un pene erecto está entre los 13 y 17 centímetros, un poquito más, un poquito menos, esto no es matemática pura; pero un micropene es un pene muy pequeño que cuesta una erección y cuesta una penetración.
— Doctor, imagínese que atiende a un hombre que tiene un micropene ¿qué es lo que usted cree que más le afecta a ese paciente?
— La autoestima. Esa persona se siente con dificultades para relacionarse con otra y a partir de ahí la posibilidad de un encuentro sexual y, como siempre dije, la penetración va a ser mucho más difícil y complicada. Además, también hay que ver si la pareja acepta esas condiciones para poder tener un encuentro sexual.
— En un caso así ¿uno le tiene que contar a la mujer o la pareja antes del encuentro sexual? ¿cómo se maneja este tema? Se lo pregunto más desde lo psicológico ¿es conveniente que se comunique o que se sorprenda en el momento?
— La realidad es que la mujer, en general, se va a dar cuenta porque el tamaño es bastante pequeño y no va a poder penetrarla, sí puede haber disfrute sexual porque la erotización, en el caso de una mujer, pasa por el clítoris, y el clítoris es un órgano que tiene 8 mil terminaciones nerviosas, que a partir de rozar, de acariciar, de besar puede llegar al disfrute. Entonces, cuando hablamos de un micropene, es que se va a dificultar la penetración, el resto de la sexualidad en general se va a poder cumplir, se erotiza diferente en el caso de que esto no se trate, porque también hay alternativas con equipo de cirugías, de urología, de andrología, para ver qué es lo que está pasando.
— ¿Existen cirugías en estos casos? ¿Se puede agrandar el pene?
— A ver, hay mucha publicidad, marketing puro, de agrandamiento peneano que hay que ser muy cuidadoso, porque se promete y a veces se hacen intervenciones no necesarias, en personas que tienen un pene considerado “normal” y que por ahí creen que es pequeño y hacen algo que puede dañar, porque acá tenemos que tener en cuenta que hay circulación y filamentos nerviosos para que ese pene se erecte, si se daña esto puede haber disfunción sexual. Sin embargo, en el caso de que corresponda, se evalúa, si el pene es muy pequeño, qué es lo que está pasando y a partir de ahí se toma la decisión de operar.
— ¿Y cuánto cuesta una operación así, por ejemplo?
— Bueno, a ver, la realidad es que tenés hospitales públicos que son gratuitos, lo que pasa que tenés que buscar un equipo que esté preparado y acondicionado, pero en el ámbito privado por supuesto que son intervenciones caras.
— ¿Existe otro prejuicio que tengan los hombres, además del tamaño del pene?
— El rendimiento. Porque exigimos como dije, cantidad, “¿cuántas veces estuviste?”, y nadie habla de la calidad, entonces estamos corriendo el deseo, el erotismo y estamos yendo nada más a un rendimiento como si fuéramos máquinas, y esto no es así. La cultura machista lleva a que si el pene no se erecta y si el pene no penetra no hay sexo, no hay sexualidad, y no es así.
— ¿Los hombres pueden fingir un orgasmo?
— En la vida todo se puede fingir, lo que pasa es que en este caso hay una disparidad con la mujer, la mujer por ahí tiene más facilidad, tómenlo con cuidado esto, porque el hombre para generar una erección y una eyaculación es bastante notable y a partir de ahí esa eyaculación, generalmente, viene acompañada con el orgasmo, con el placer, puede ser que no disfrute, que no tenga ese orgasmo. En cambio en la mujer es mucho más difícil de lograr, me refiero a la posibilidad con el encuentro, porque la mujer puede estar más preparada para la penetración, aun con sequedad o porque le puede dar dolor e irritación si no está excitada. Y un detalle que no es menor: el hombre logra una erección y excitación en tiempos muchos más rápidos que la mujer, por eso los tiempos no son parejos entre el hombre y la mujer, y esto es algo que se debe conocer para llevar los tiempos a que la mujer logre esa vasocongestión en la zona de la vulva, esa lubricación y preparación para la posibilidad de la penetración.
— Además del tamaño y cantidad, ¿hay otro prejuicio?
— Con eso, el hombre, tiene bastante. Después la realidad es que a veces la pornografía deseduca y puede llevar a querer hacer prácticas sexuales que muchas veces no se logran porque la pareja no quiere.
— Varias veces nombró la palabra “pornografía”, ¿cómo afecta la pornografía en el sexo? ¿es peligrosa?
—La pornografía es un desastre, porque la pornografía es ficción. Yo te pregunto: cuando vos vas al cine o ves en Netflix una película y ves a alguien que sale y no respeta las normas de tránsito, cuando vos después salís a la calle, no hacés eso porque sabés que está mal, porque es peligroso. Bueno, cuando alguien ve la pornografía el grave problema es que después muchas personas y, principalmente el adolescente, quiere repetir esas prácticas que vio en el encuentro con su pareja y muchas veces no lo logra, porque la otra persona no quiere eso, y está bien que no quiera, porque tiene que haber consentimiento y aceptación, y esto genera disfunciones sexuales, eyaculaciones rápidas y desencuentros en el encuentro sexual.
— Nombró “eyaculaciones rápidas”, ¿la eyaculación precoz es otro de los prejuicios?
— La realidad es que nosotros en sexualidad la llamamos “eyaculación rápida” en vez de “precoz” para no estigmatizar.
— ¿Cómo para no estigmatizar?
— La realidad es que es un motivo de consulta muy frecuente, de los más habituales, y por ejemplo la adicción a la pornografía puede llegar a generar lo que es la eyaculación rápida.
Es para no estigmatizar porque nosotros, por ejemplo, en consulta de sexualidad no decimos “paciente”, decimos “consultante”.
— ¿Por qué no dicen “paciente”?
— Y porque la idea es no estigmatizar y ver cuál es la problemática para actuar, puede ser de una persona sola o de pareja, y a partir de ahí trabajamos con diferentes herramientas para empezar a resolver. Por eso decimos que no es un “paciente”, sino un “consultante”.
— ¿Hay muchos estigmas?
— Y la verdad que sí. Te hago una pregunta: agarrá la cartilla de Obra Social ¿cuántos sexólogos o sexólogas tenés? Fijate. Andá a un hospital ¿cuántos sexólogos o sexólogas tenés? No hay. Porque en realidad es una profesión que no está bien vista, en los medios de comunicación mucho no se habla de sexualidad. En las redes sociales se habla mal de sexualidad porque en realidad deseducan. Entonces a partir de ahí ¿quién se anima? Yo tengo un grupo de WhatsApp de amigos, pero ¿quién dice tener un problema sexual? ¿quién dice “no la estoy pasando bien”, “no tengo erecciones”, “no disfruto”? nadie. Son todos super campeones de la sexualidad, del sexo, de la genitalidad. Y en las mujeres también pasa algo parecido, es muy raro que hablemos de problemas de disfunciones sexuales, pero a partir de ahí debería tratarse mucho mejor porque la salud es integral, física, mental y sexual.
— Hablamos de problemas sexuales. ¿Cuáles son los problemas sexuales más frecuentes, hoy, 2024?
— Falta de deseo y de libido, de lo que es la erotización del vínculo. Después disfunciones sexuales, también la eyaculación rápida, principalmente hablamos del hombre. En la mujer hablamos de falta de deseo de la libido, pero también hay sequedad o falta de lubricación vaginal, y también hay que hablar un poco de cómo se ve su autoestima con respecto, por ejemplo, a cáncer y sexualidad, es un tema del cual no se habla. Una mujer operada por cáncer de mama muchas veces puede llegar a quedar con una cicatriz, ¿quién habla de ese reencuentro con su sexualidad, con su cuerpo, ya sea masturbación o ya sea el encuentro sexual con su pareja? Nadie, porque nos callamos, porque nos olvidamos y todos sentimos; entonces si la persona tiene un cáncer, se va a curar y a partir de ahí puede reiniciar su vida plena, inclusive la sexualidad le va a ayudar en la recuperación.
— Hablemos de las mujeres ahora. ¿Cuáles son los mayores prejuicios?
— Bueno, ya empezamos por la estética corporal, por el cuerpo, ¿por qué? porque se vende una imagen de cuerpo perfecto que no existe y a la mujer esto la inhibe mucho, entonces dice “esas celulitis, esa grasita que tengo”. Hay que terminar con esa presión, relajarse más y disfrutar, no hay que fingir lo que uno es, la sexualidad es para disfrutarla y si la otra persona te exige algo que vos no podes dar, chau, no va, porque no podemos ser lo que no somos en la vida, porque nos permite una presión social tan grande que no vas a llegar a un orgasmo.
— Dijo “no hay que fingir lo que uno no es” ¿se finge mucho hoy en el sexo, doctor?
— Y la verdad que sí, principalmente en los primeros encuentros, los más furtivos, en los cuales uno empieza con “conozco a alguien y, claro, quiero hacer algo para maravillar” a ese hombre o esa mujer, quién sea, dos hombres, dos mujeres, quien tenga ese encuentro sexual, porque no hay que hablar solo de relaciones entre hombres y mujeres. Se finge mucho, inclusive sabemos que hay adolescentes que toman medicación para extender lo que es ese encuentro sexual, esa erección, eso no lo aconsejamos y no es recomendable.
— ¿A qué edad se comienza a tomar medicación ? ¿Y de qué medicación estamos hablando?
— Sildenafil y Tadalafilo son las medicaciones.
— ¿Son de venta libre?
— La realidad es que la indicación siempre es profesional y con receta. Hoy medicalizamos la sexualidad, es un grave error, porque si hay un órgano más importante en la sexualidad es el cerebro. Entonces ¿qué es lo que pasa? Hoy todos queremos solucionarlo con cosas mágicas, por ejemplo yo no voy a correr como cuando tenía 20 años, pero sin embargo puedo disfrutar del caminar o correr, la sexualidad lo mismo: tal vez, uno a los 50, 60 o 70 años no tiene el ritmo sexual de cuando tenía 20, pero esto no implica que deje de disfrutar, porque el viejismo que existe en la sociedad lleva a pensar que una persona grande no puede disfrutar. Te hago una pregunta ¿quién le regaló un lubricante sexual a su mamá, a su abuela o a su tía? Para los cumpleaños siempre regalamos chancletas, una salida de baño, un perfume ¿pero quién regala un lubricante sexual? ¿alguien le preguntó si necesita un lubricante sexual? Yo te puedo decir que sí, que lo necesitan. Un juguete sexual que ya no se llama más “juguete sexual”, ¿sabés cómo se llama?
— No.
— Elementos sexuales, ¿sabes por qué? Porque muchas veces se confunde la palabra “juguetes” porque no es para jugar, aunque puede generar placer, pero lo recomendamos nosotros para el reencuentro con el autoerotismo, como sexólogos o sexólogas damos un elemento sexual, para que la gente conozca, que puede permitir el disfrute, puede conocer el cuerpo, llegar al orgasmo, mujeres que por ahí no llegan al orgasmo, y también ¿sabés lo que hay que regalarle a las mujeres?
— ¿Qué?
— Un espejito, pero no para mirarse el pelo, sino para mirarse su vulva. ¿Cuántas mujeres se han mirado su vulva? Ahora que decimos “vulvas rejuvenecimiento”, “vulvas feas” ¿qué es una vulva fea? Las vulvas son todas diferentes, los labios externos e internos, pues ya no llamados labios mayores o menores porque también ese es un cliché de ¿por qué menor o mayor? Porque tienen el tamaño que tienen. Son lindos todos. Entonces obviamente sí hay que mirarse, primero para conocer su cuerpo y después, obviamente, para la consulta médica en el caso que aparezca algún problema, alguna inflamación, algo de control ginecológico.
— Bien, en cuanto a los perjuicios de las mujeres hablamos del cuerpo, la obsesión por el cuerpo perfecto, ¿otro prejuicio más se te venga a la cabeza?
— Y en realidad con las mujeres es también este ritmo, esta presión social de “le agradé”, “le gusté”, “disfruto esta persona con el encuentro sexual”; bueno, esto es algo de las presiones que llevan a una desarmonía a veces en el encuentro sexual.
— ¿Qué pasa, doctor, cuando uno deja de tener ganas de tener sexo?
— Es algo que no es problemático. En este momento, en el cual todo desde las redes sociales, sin sentir el sexo, no tener sexo no es nada grave, a no ser que te afecte a vos o a tu pareja, es decir: si alguien tiene una pareja y a uno de los dos se le apagó el chip hay que ver por qué, y esto puede generar un problema de vínculo en la pareja, pero una persona que está solo o sola y que no tiene ese deseo sexual no es para decir “tenés que ir a consultar”, obviamente si a esa persona le hace un ruidito y dice “algo me está pasando, no estoy bien con esto”, es genial que lo haga y para eso estamos los sexólogos.
— Hablando de tecnología, ¿la tecnología vino para sumar al sexo y a la sexualidad o vino para restar?
— La tecnología en la pandemia permitió seguir disfrutando a la distancia, pero es una bomba de tiempo ¿por qué? porque hoy tenemos el sexting, que es el sexo virtual, hoy tenés aplicaciones de citas, que estamos estudiando mucho. Por ejemplo, las aplicaciones de citas permiten que personas similares, a través de los likes, se vayan contactando ¿qué significa esto? ¿podemos hablar de una semidiscriminación, tal vez? Porque las personas se van eligiendo. Por ejemplo, pongo mi foto y depende de quién me haga like esa aplicación va llevando a personas con un perfil parecido al mío que me busquen, ya de mi cara, mi cuerpo, mi profesión, mis gustos, es decir, hay diferentes niveles en la app que la gente no sabe que existen, pero que por ahí no podemos acceder a un cierto nivel; esto es para tener en cuenta. Las aplicaciones, también, están llevando mucho a la genitalización y al encuentro furtivo ¿y después qué? se finge mucho, porque vos ves fotos o ves algo de la gente y decís “¿era este el de la aplicación o me equivoqué?” o “¿era esta la de la aplicación o me equivoqué?”. Lo que yo recomiendo es que no se finja, somos seres humanos, somos seres sexuados desde que nacemos hasta que morimos, disfrutemos libremente y seamos siempre lo que somos tanto en un encuentro reciente como en un encuentro de pareja de larga data, en la cual también habrá que reacondicionar y también habrá que hablar de esto, porque mucha gente está escuchando y dice “yo llevo 30 años casado o juntos o en pareja, y ahora no tengo ganas”, esto puede pasar también.
— ¿Otro prejuicio más que tengan las mujeres?
— Y me parece que ya dijimos bastantes, ¿no?
— ¿Qué pasa con la menopausia?
— Yo siempre digo que en este caso la menopausia es una etapa fisiológica y normal. La mujer tiene esto y el hombre tiene también un cambio ¿qué es lo que le pasa a la mujer? ¿Baja los estrógenos? Sí ¿baja la progesterona? Sí ¿baja la testosterona? También, porque las mujeres también tiene testosterona, menores niveles que el varón, pero tienen. A partir de ahí ¿menos deseos? Sí ¿cambios en la adiposidad? Sí. Esto va a generar menos deseo sexual y también menos lubricación porque va a costar, pero no es que no lo tenga y tal vez como el hombre tiene menos erecciones, la mujer va a tener menos ganas de generar ese encuentro sexual, pero está presente. Y lo que sí hay que hablar es que no tiene que ser sufrida la etapa de la menopausia.
Y en el caso de los hombres está la andropausia, en donde baja el nivel de testosterona. La naturaleza es sabia: si a la mujer le baja esto, al hombre también le va a bajar, pero no significa que desaparezca, y esto es lo importante saberlo.
— No se habla mucho de la andropausa.
— Tenemos una cultura machista, tenemos desinformación y, como te decía antes, los hombres somos los campeones de las erecciones y las eyaculaciones.
— A veces, en distintas conversaciones, se escucha la frase “yo necesito sexo”, “necesito tener sexo” o “engañé a mi mujer porque no tenía ganas y yo necesitaba sexo”. ¿Realmente se necesita sexo?
— Sí, se necesita. Ahora, el tema es que los hombres somos más visuales, es decir, si vemos algo que nos gusta, que nos erotiza y sí, hay erecciones y eyaculaciones, y podés iniciar ese encuentro. A la mujer, por el contrario, no solamente la erotiza lo visual, es más afectada por lo social, si tiene un problema familiar, un problema económico, lo que fuere, no siente deseo. Ahora, el hombre pudo haber perdido su equipo de fútbol, lo pudieron haber echado del trabajo, puede haber tenido otros problemas, pero generalmente, porque no me gusta hablar de todos, sigue teniendo la necesidad y el deseo de esa erección y de ese encuentro sexual.
— Hablemos un poco de la salud sexual, ¿cuáles son las cinco reglas más importantes?
— Bueno, primero que siempre que haya consentimiento en cada encuentro; después, el cuidado: el uso del preservativo, ya sea un preservativo común, el preservativo íntimo o interno, mal llamado “preservativo femenino”, porque tiene un nombre de dama, y/o campo de látex para la prevención de infecciones de trasmisión sexual y embarazo no deseado, si corresponde. Después, otra de las reglas es desear ese encuentro, tener ganas de disfrutarlo. Luego, hablar, la sexualidad es comunicación ¿por qué no decimos qué nos gusta? ¿por qué tenemos vergüenza? Entonces hay que respetar, puede haber una mujer que no le guste que le toquen el clítoris y hay que decirlo, y por ahí se excita y tiene un orgasmo si le tocan otra parte del cuerpo, entonces la comunicación es clave.
— Hasta el momento no mencionó el sexo anal, ¿es un tema tabú?
— ¿Tenés tiempo hasta la noche? Primero, hablando de un hombre con una mujer, con el sexo anal hay mucho morbo ¿por qué? porque ¿las fotos, los videos qué muestran? Colas de mujeres, entonces, el hombre tiene un deseo, un atracción hacia esa penetración anal. Ahora, es válido, si hay consentimiento. ¿Qué medidas de cuidado hay que tomar? Primero, usar lubricantes, que la mujer se relaje, que el hombre lo haga de forma gradual y usar preservativos ¿por qué? El preservativo no solamente se usa por una enfermedad de transmisión sexual, sino porque es una zona en donde hay materia fecal, puede salir materia fecal, y puede haber algunas bacterias que pueden generar una infección urinaria por esa penetración. Pero te voy a decir algo con respecto a dos hombres o al hombre ¿querés que te cuente un secreto?
— Devele el secreto…
— Los hombres tenemos la próstata, que es un órgano muy importante, y una penetración de un dedo en el ano puede hacer, haciendo propulsión hacia la parte de adelante, una sensación de placer muy grande. Y esto es para el encuentro entre dos hombres o también una mujer se lo puede hacer al hombre, pero cuidado con esto…
— Interpreto que si la mujer le mete un dedo al hombre no está bien visto…
— Y bueno, eso es la cultura machista, pero hay que animarse a disfrutar, es eso que llamamos la zona P de próstata, pero no está fija en un lugar, es variada.
— Doctor, ¿qué es lo más difícil del sexo?
— Y la realidad es que lo más difícil del sexo es llegar al orgasmo al mismo tiempo.
— ¿Eso es posible?
— Sí… en la sexualidad todo es posible, lo que pasa que a partir de ahí hay que ver si se puede lograr. De la teoría a la práctica, es decir: del ideal a lo real, lo que pasa es que cuando uno empieza una relación esa atracción y ese enamoramiento y dice que sí, y después te das cuenta de que cada uno tiene que tratar el camino del disfrute. Ahora, hay un tema no menor que es la eyaculación rápida, que esto va en contra del disfrute, porque si un hombre eyacula antes de la penetración o apenas penetró no van a dar los tiempos para que su pareja, esa mujer, pueda llegar a disfrutar un orgasmo.
— Esa eyaculación rápida, ¿a qué factores se debe?
— Bueno, como dijimos el órgano principal es el cerebro, con lo cual tenemos que reaprender conductas y acá voy a decir un detalle que es importante conocer: la masturbación, si se hace de forma rápida se puede aprender una conducta que, con el paso del tiempo, sea peligrosa, es decir, puede llevar a la eyaculación rápida cuando se tenga el encuentro sexual ¿por qué? porque mi cerebro ya sabe que si me toco el pene y lo hago rápido, porque me encierro en el baño, porque puede venir algún familiar, puede venir un amigo, lo tengo que hacer rápido, aprendo esa conducta rápida y después la vuelve a la práctica. Entonces, después, hay que entrenar para que cambie esto para empezar a tener lo que es una sexualidad acorde a los tiempos de su pareja.
—¿Cuáles son los problemas que más le llegan?
— Bueno, si hablamos de los hombres, en general, hablamos de eyaculación rápida, hablamos de disfunciones sexuales y hablamos de falta de deseo o de libido, erotismo. Tengamos en cuenta, y esto es un detalle importante, que los problemas orgánicos, en general, tienen un bajo porcentaje, la mayoría se resuelve con la terapia que realizamos nosotros en el consultorio. Para entender esto, y también algunos estudios, no para que la gente se asuste sino para que lo tenga en cuenta, que la disfunción eréctil en el hombre podría, en algunos casos, predecir problemas cardiológicos ¿por qué? porque si hablamos del pene, que tiene los cuerpos cavernosos que se llenan de sangre, que son dos caños muy importantes, que generan la erección, cuando empieza a fallar esto me puede estar anticipando que en la circulación cardíaca, que es mucho más pequeñita, puede estar formándose alguna falla, es decir: algún taponamiento. Sin embargo, no es una regla para todas las personas, no se asusten si alguien tiene una disfunción eréctil que puede obedecer a un montón de factores, dije que lo orgánico es muy bajo, medicación, drogas, alcohol, existen un montón de situaciones que pueden llevar a la disfunción eréctil.
— ¿Hay alguna edad donde el sexo se termina?
— Sí, cuando te morís.
— Gran respuesta.
— Sí, la realidad es que sí. Que alguien se quiera retirar de la sexualidad, del sexo, es válido también, puede ser en cualquier etapa de la vida, pero somos sexuados desde que nacemos.
— ¿ A qué edad es conveniente comenzar con el sexo?
— ¿Sabes qué es conveniente? Tener una buena Educación Sexual Integral, qué significa esto: una consulta ginecológica para que la mujer sepa de qué manera se va a cuidar y elija, porque hay métodos anticonceptivos acordes a cada persona y es importante el cuidado. Y el varón, ahí tenemos una diferencia, nosotros no tenemos ginecólogos, ¿nosotros a quién vamos?
— ¿A dónde van?
— El clínico muchas veces no se anima y es una falla grave de la medicina, en la medicina no se habla de sexualidad ¿cuántas veces a una mujer le preguntan qué sexualidad tiene? Por ejemplo, en un hospital, alguien le pregunta al paciente ¿tuvo erecciones? ¿tuvo eyaculaciones? ¿tuvo masturbaciones? Nadie. Y esto implica que la persona está bien si tiene un momento placentero, entonces ¿nosotros a dónde vamos? A veces puede guiarte el pediatra, a veces el clínico, a veces el urólogo, sino estamos los sexólogos.
—¿Qué mensaje le gustaría dejarle a los jóvenes adolescentes, de entre 11 a 15 años, y a la gente mayor de 70?
— Bueno, a los jóvenes les digo que no miren pornografía, o si miran sepan que no es eso la realidad, con lo que se van a encontrar y que esa ficción los puede afectar en su práctica cotidiana. No se esfuercen a hacer nada que no quieran, siempre con consentimiento, el “no es no”, es el respeto y el cuidado con el uso de preservativo para prevenir infecciones de trasmisión sexual.
A las personas más grandes les digo: a las mujeres, que empiecen para regalarles un lubricante sexual, para que empiecen, si están solas, a masturbarse, si quieren, que prueben con un elemento sexual; y si tienen un encuentro con otra persona que sea cuidadoso, cauto, ¿por qué? Porque una mujer que por ahí está retirada de la sexualidad y conoce a un hombre, ojo porque los hombres somos coitocentristas por naturaleza y por sociedad, historia, por un montón de cosas, entonces, si encima tuvo una erección, quiere una penetración, generalmente rápida, y puede llegar a generar un desgarro, una lastimadura, un momento malo para la mujer y que puede lastimarla, entonces cuidado con eso, que sea todo gradual, deseado y elegido.
— Doctor, ¿algo que quiera agregar para finalizar?
— Que es hermoso que se hable de sexualidad en los medios de comunicación en forma responsable. Y que sin dudas, para eso estamos los profesionales de la salud y la sexualidad, que no hay que tener miedo.
— Para finalizar, la última, en una palabra ¿sexo es igual a…?
— Disfrute, placer… Sexo es igual a aprender.
Dr. Adrián Rosa. Médico UBA. Sexólogo Clínico MN 87036. Cofundador de ASAR, Asociación Sexológica Argentina (Foto: Candela Teicheira)